A las lomas de Abodi desde el Albergue del Pirineo
Desde Casa Iriarte, el Albergue del Pirineo Navarro, te invitamos a esta sencilla excursión familiar a una de la cumbres más accesibles del Pirineo navarro, a los pies del Orhi: ABODI.
En el corazón del Pirineo navarro, del pico Orhi se desprende hacia el sur un alargado y ondulado cordal de casi veinte kilómetros de largo y con una altitud media que roza los 1.500 metros. Es la sierra de Abodi. Sus suaves y onduladas lomas pobladas de pastos y hayedos separan, de este a oeste, las riberas de los ríos Irati y Salazar y marcan una importante barrera climática entre ambas cuencas. En el centro del macizo, con sus 1.533 metros, se alza su cota más destacada, que da nombre a toda la sierra, prácticamente sobre la vertical de Otsagabia, uno de los pueblos con más encanto de Navarra. Otrora, el Abodi y su sierra, surcada por las GR transpirenaicas 11 y 12, eran un lugar salvaje y remoto, un escenario en el que dejar volar la imaginación ante los innumerables resto prehistóricos que atesoran sus faldas. Pero la construcción de la carretera transpirenaica que asciende hasta el puerto de Larrau, a los pies del Orhi, ha acercado el macizo hasta convertir la ascensión al Abodi en una sencilla y agradable excursión mañanera. Por si fuera poco, las pistas de la estación de esquí nórdico que recorren la parte más occidental del cordal han terminado por humanizar la zona.
La excursión comienza precisamente en el antiguo edificio de Aduanas del collado de Ollokia, seis kilómetros más arriba del cruce de Andrilla. La edificación ha sido reconvertida para acoger los servicios de la estación de esquí. La marcha no ofrece dudas ni problemas. Se trata de seguir el cordal en dirección oeste hacia nuestro objetivo, que se puede alargar completando la travesía de la sierra hasta el paso de Tapla, en la carretera entre Otsagabia y las Casas de Irati.
En los primeros metros se transita por una amplia zona de esparcimiento, por la que se gana metros muy suavemente hasta la primera bifurcación de las pistas. Nuestro camino sigue por la de la derecha, que remonta con más brío hacia el paraje conocido como la Cruz de Osaba. En este primer tramo, los hayedos impiden disfrutar de las vistas, de lo que nos resarciremos más adelante. Un nuevo desvío nos fuerza a elegir otra (0h.20’). Y de nuevo es la pista de la derecha la que hay que tomar. En un tercer cruce repetiremos la opción de la derecha y aún nos encontraremos con un cuarto, junto a un pequeño collado (0h.40’), en una zona donde el terreno comienza despejarse.
La ruta continúa por el camino, pero es mucho más divertido subirse sobre el cordal y continuar la marcha por la misma divisoria. Ascendemos un par de promontorios hasta alcanzar la loma más importante del entorno, tanto como para tener nombre propio –Gaztanbidea (0h.45’)– aunque no lo suficiente como para contar con buzón o distintivo que la identifique.
Bajamos hasta el siguiente collado, llaneamos por una amplia campa y cruzamos un pequeño bosque para situarnos por fin ante las lomas cimeras del Abodi. La pista asciende hacia la derecha y realiza un pequeño rodeo, pero de nuevo es más divertido enfilar la ascensión directamente, pasto a través, hasta localizar el pequeño y bonito buzón en forma de caserío del Anaitasuna (1h.05’). Las vistas, ahora sí sin obstáculos, a todo el Pirineo, en especial al cercano Orhi, y a la selva de Irati, redondean una sencilla y entretenida excursión familiar.